¡Malditos hijos de puta!. Mamavergas. Todos cabrones.

Me acuerdo clarito, no me dejaron votar; me dijeron que no estaba registrado, ¡qué bolas!.

Aquel día me levanté temprano, estábamos varios de nosotros, ayudando a Súmate en la organización del referendo revocatorio aquí en Barcelona.

Me encargué de varias cosas, como todos: hice encuestas a pie de urnas, ayudé a los mayores y embarazadas a votar primero, tomé fotos, fui persona por persona, explicándole los pasos para votar, y los respectivos trucos que iban a hacernos, para jodernos.

Salí en televisión, la tv catalana me entrevistó, la venezolana me filmó mientras salía gritando y quejándome porque no me habían dejado votar; me vieron en todo el mundo!, mis vecinos en Venezuela me tienen grabado.

El día terminó, a casi 1000 personas no nos dejaron votar, otras 750 votaron por pegarle una patada en el culo a los que nos robaron el país, unas 16 votaron por dejar a los hijos de puta (los del consultado, tienen que cubrir su cuota, eso lo entiendo), hubieron como 6 votos nulos y eso fue todo.

Fuera del país, la proporción era brutal, sabíamos que en el país los habíamos echado de calle.

Pero bueno, pasó lo que pasó. Lo tenían todo; y lo siguen teniendo.

Esto durará tiempo, pero yo quiero limpiar mi nombre, quiero que me sigan viendo feo cuando voy al consulado, quiero que me nieguen el pasaporte, la cédula y demás.

Por eso, tascón, ¡maldito afeminado hijo de puta!. Agradezco que, si lees este blog (si es que sabes leer), actualices el programa maisanta, ése de la lista, y que le pongan otro estado en la parte de tendencia política, uno que diga algo así como: Fué a votar en contra del presidente, pero no lo dejaron.

Porque algún día les contaré esta historia a mis hijos, y cuando lo haga, quiero poder verlos a los ojos.